El triunfo del NO en el plebiscito de 1988, dio inicio a una nueva etapa en el itinerario de 17 años de dictadura cívico-militar, caracterizada por la sistemática violación a los derechos humanos, la vulneración a la libertad de expresión y supresión de los partidos políticos y Congreso Nacional, es sin lugar a dudas el hito político más relevante de nuestra historia moderna y como tal, significa un antes y un después para las vidas de los compatriotas que vivieron este hecho histórico, como también, para quienes vivimos en las comunas del Valle del Aconcagua y hemos sido afectados por las consecuencias de todo este proceso.
El proceso devino en un régimen democrático, pero bajo una democracia hábilmente diseñada por los teóricos de la dictadura, y cuidadosamente mantenida sin grandes avances por las coaliciones de centro-izquierda que gobernaron nuestro país durante 25 años. Contamos con un régimen de carácter liberal en el peor de los sentidos, donde lo instrumental y electoral ha tenido un rol preponderante. La llamada “democracia de los acuerdos” centró sus parámetros de acción en el marco de las instituciones formales amarradas – a su vez- a los enclaves autoritarios profundamente arraigados en nuestro sistema político.
Enclaves autoritarios, entendidos como un conjunto de instituciones, creencias y valores, que hasta hoy sostienen el sistema económico y social instaurado a la fuerza durante la dictadura y profundizado con los posteriores gobiernos. La actual base de la Constitución (1980), el plan laboral y subcontratación (1979), el sistema de AFP (1981), la privatización y abandono de la educación pública (1981) y la privatización de los recursos naturales a través del Código de Aguas (1981) y el Código Minero (1983), son la expresión de un modelo neoliberal, basado en el extractivismo y la sobreexplotación de los recursos, que se prometió cambiar con el retorno a la democracia mediante la alegría, pero en la práctica sólo ha significado un sistema de repartición de poder que, a su vez, se convirtió en malas prácticas por falta de participación y control ciudadano en la política.
Este ha sido el costo de los primeros años de transición, la construcción de un régimen que poco se acerca a una democracia participativa o social donde se reivindique el valor de la dignidad humana. Hemos vivido por tres décadas en una democracia cuyo único fin, ha sido prácticamente, la renovación de autoridades mediante elecciones, no alcanzado los estándares mínimos que contempla un régimen democrático. Por lo tanto, entendemos que existe una deuda con todo el país.
Sin perjuicio de lo anterior, reconocemos la importancia del proceso de retorno a la democracia, el cual fue mucho más que una campaña publicitaria y una elección que marcó la historia del país. Es por aquello que queremos honrar a las miles de personas que se manifestaron en contra de la dictadura, relevar toda resistencia que se dio en las calles de nuestro país con el riesgo latente que implicaba no volver a ver a los seres queridos y enaltecer aquellos compatriotas que perdieron la vida luchando por algo justo.
El triunfo del NO en el plebiscito, es la victoria de miles de chilenas y chilenos que lucharon cada día desde los territorios, clandestinidad, organizaciones sociales, de iglesias, de trabajadores, de profesionales, y partidos políticos para recuperar nuestra democracia.
Por lo dicho y planteado anteriormente, como Frente Amplio Aconcagua declaramos:
1. El triunfo del No es un hito que no le pertenece a un sector político en particular, por el contrario, es un acontecimiento transversal y que trasciende cualquier sector político.
2. Debido al rol que tuvieron los partidos de la antigua Concertación y ex Nueva Mayoría en la profundización del modelo neoliberal, no participaremos en ninguna actividad organizada por sus miembros en ninguna de las comunas de Aconcagua.
3. Como Frente Amplio no consideramos que ésta sea una celebración, sino un recordatorio de qué tipo régimen político queremos para nuestro país, con la finalidad de construir un Chile mejor para todas y todos, y en memoria de todas las compañeras y compañeros caídos durante los 17 años de dictadura cívico-militar.
4. Finalmente hacemos un llamado a la reflexión sobre cómo nos gustaría que fuese nuestra democracia; un llamado a la organización para hacer frente a quienes hoy en día reivindican la dictadura y un llamado a la acción para recuperar la confianza en la ciudadanía y trabajar por un mejor país.
Independientes Frenteamplistas
Izquierda Libertaria
Movimiento Autonomista
Partido Humanista
Partido Poder Ciudadano
Revolución Democrática