En la ciudad de Petorca nació el 8 de mayo de 1786 José
Santiago María Estanislao Bueras y Avería, héroe de nuestra
Independencia, conocido como Santiago Bueras y más tarde con
los apodos de «El Hércules Chileno», «El Huaso Bueras» y el
que lo inmortalizó «El Comandante de los dos Sables».
Bueras inició sus estudios escolares a los 12 años de edad,
en el Real Colegio Seminario del Santo Angel de la Guarda,
uno de los establecimientos de enseñanza más antiguos de
América. Cuatro años más tarde, en 1802 ingresó a la Real
Universidad de San Felipe, semillero en donde casi todos los
hombres que participaron en la emancipación, recibieron el
germen libertario a través de la formación de su pensamiento,
aunque sólo permaneció un año en aquellas aulas, ya que debió
regresar a su tierra de Aconcagua, para hacerse cargo del
inmenso fundo de su padre.
Sin embargo, los acontecimientos que se sucedieron a partir
de 1810 lo cambiaron radicalmente. De su vida dedicada a las
labores propias del campo, rápidamente se incorporó al
ejército para participar en la Guerra de Independencia.
Así fue que ingresó, el 2 de diciembre de 1810, a las filas
del primer Regimiento que la nueva Junta de Gobierno creó,
«Los Graneros de Chile». Santiago Bueras fue uno de los
primeros enrolados con el grado de Teniente, en consideración
a su cultura y educación.
Al año siguiente, el 1 de abril de 1811, día en que debió
efectuarse la elección, para formar el primer Congreso
Nacional, los realistas trataron de dar un golpe
contrarrevolucionario encabezado por el Teniente Coronel
Tomás de Figueroa Caravaca, hecho conocido como «El Motín de
Figueroa».
Esta fue la ocasión en que Bueras probó sus cualidades
militares y en plena Plaza de Armas arremetió con sus
soldados con tal bravura contra las entrenadas tropas
realistas, que no sólo deshicieron su formación sino, además,
les pusieron a la desbandada.
Posteriormente, el 26 de abril de 1813, sobresalió junto a
sus granaderos en el Combate de Yerbas Buenas, acción que le
valió ser ascendido al grado de Teniente Coronel, pero tras
la victoria realista en Rancagua, en octubre de 1814, al
igual que la mayoría de los patriotas, se refugió en Mendoza,
donde fueron recibidos por el General José de San Martín
Matorras.
Allí aceptó el encargo que le hizo San Martín, de viajar en
secreto a Chile y organizar una guerrilla. Entonces Bueras
ingresó al país en 1816 y se convirtió en montonero de la
Región de Aconcagua, en tanto Manuel Rodríguez Erdoiza,
cumplía igual función de Santiago al Sur.
Bueras seguido por sus huasos, mantuvo la provincia en
agitación mientras reunía armas y municiones en su casona de
Curimón; allí guardó fusiles, lanzas y pertrechos en un
enorme subterráneo que hasta hace muy poco existía.
Finalmente, fue descubierto, pero nada pudo comprobársele.
Sin embargo, los realistas como una forma de escarmiento,
igual lo aprendieron, dejándolo prisionero en la fragata
Victoria, anclada en el puerto de Valparaíso, en espera de
ser conducido, junto a muchos otros, a la isla de Juan
Fernández. En esos momentos, febrero de 1817, los patriotas
obtuvieron el triunfo en la Batalla de Chacabuco, entonces el
comandante guerrillero amotinó a los cautivos y se apoderó de
la nave.
Luego se dirigieron en botes a la playa, pero debieron
lanzarse al agua para escabullirse de los tiros que les
lanzaban del castillo de San José. Finalmente, lograron
alcanzar la arena a nado y se apoderaron rápidamente de la
fortaleza, volviendo un cañón hacia los barcos en que los
realistas querían huir. La intrepidez de Bueras dio vuelta
las circunstancias y el puerto de Valparaíso vio ondear en lo
más alto la bandera de Chile.
Al poco tiempo el Gobierno designó a Bueras, para organizar
el Batallón de Infantes de la Patria, tarea a la que se abocó
con su natural empuje, a tal extremo, que financió muchos de
los gastos con sus bienes personales. A fines de diciembre de
1817, Bueras fue incorporado al Estado Mayor del General en
Jefe y participó en el Combate de Quechereguas, el 15 de
marzo de 1818, donde salvó la vida al Coronel Ramón Freire
Serrano, que había sido aislado por los enemigos.
Tres días después, el 19 de marzo de 1818, vino el desastre
de Cancha Rayada, acción en que el General Bernardo O’Higgins
Riquelme fue seriamente herido en un brazo, y estuvo a punto
de caer prisionero. Nuevamente Bueras, con ese arrojo e
intrepidez que le caracterizaban, irrumpió en el cerco y
salvó la vida del Director Supremo.
En esta batalla por las constantes cargas a caballo de
Bueras, llegó a quebrar su sable y desde ese momento,
previniendo que volviera a suceder, empezó a utilizar dos, de
este hecho viene el apodo del «Comandante de los dos Sables».
Pero la prueba máxima la dio en la Batalla de Maipú, el 5 de
abril de 1818. Allí se encontraba formando parte de los
Cazadores a Caballo, comandados por Freire. En una de las
tantas cargas que protagonizó y lideró en contra de las
fuerzas realistas comandadas por el General Mariano Osorio,
fue alcanzado por una bala enemiga, que lo llevó a la muerte
ese mismo día.
A un mes de cumplir 32 años, Santiago Bueras, rindió su vida
por la Patria, sacrificio que no fue en vano, porque ese día
se conquistó para siempre la Independencia de Chile. El
hombre que libró a dos Directores Supremos de Chile de una
muerte segura, fue enterrado en la Catedral de Santiago, con
todos los honores militares correspondientes a su rango.