Nuestro Valle de Aconcagua enfrenta importantes desafíos en el ámbito de la salud, incluyendo listas de espera, salud mental, atención especializada, participación ciudadana, atención de urgencias, vacunación, prevención y control, entre otros aspectos.
Estos aspectos se evalúan mediante los Compromisos de Gestión (COMGES), los cuales tienen directrices técnicas y herramientas de evaluación para asegurar que los 29 Servicios de Salud del país brinden la cobertura necesaria.
En el año 2022, como representantes de FENATS Nacional en el Valle de Aconcagua, tomamos una medida drástica pero necesaria conocida como «La Toma 2022», con el objetivo de concientizar sobre la importancia de una gestión de salud de calidad y eficiente, de acuerdo a las necesidades de la comunidad.
Nuestro llamado fue claro y contundente: no más malas gestiones en los equipos directivos. En aquel entonces exigimos el cambio de la directora del Servicio de Salud y su equipo, debido a su deficiente desempeño. Nuestra preocupación no se basa en afiliaciones políticas, ya que la salud pública es un tema transversal que no discrimina.
En ese año, el servicio se encontraba en el sexto lugar a nivel nacional, pero los problemas de gestión afectaban a los trabajadores y al cumplimiento de sus funciones.
A pesar de los esfuerzos realizados, las mejoras fueron insuficientes para abordar las necesidades urgentes mencionadas anteriormente. Hoy, el Servicio de Salud Aconcagua ocupa el último lugar, el puesto número 29 a nivel nacional, lo que evidencia una gestión deficiente en la administración de la salud.
Es alarmante que un servicio de esta importancia, liderado por su máxima autoridad, haya llegado a esta situación. Nos encontramos en momentos de crisis sindicales debido a la falta de escucha a las organizaciones, oportunidades en las que podríamos aprender a avanzar colaborativamente y abordar las necesidades reales para mejorar la salud del Valle. Por lo mismo es crucial invertir en instalaciones sin hacinamiento y en condiciones óptimas para los trabajadores, contar con establecimientos propios, equipos directivos con capacidades organizativas sólidas y apoyar las políticas públicas con implementaciones adecuadas. Estas son solo algunas de las situaciones que han generado luchas y presiones constantes para que las autoridades prioricen la salud.
Hoy, queda claro que la Dirección del Servicio de Salud requiere un cambio urgente. Sin embargo, la desesperanza es alta, ya que parece que todo continuará igual y que la mala gestión se normalizará cada vez más, convirtiéndola en algo positivo a través de acciones reactivas que solo buscan soluciones temporales.