La escultura donada por la Municipalidad de Vicuña ahora ocupa su lugar en el bandejón de Avenida Yungay, restaurando un espacio que honra a la Nobel de Literatura.
San Felipe ha dado un paso significativo en la preservación de su patrimonio con la reinstalación del busto de Gabriela Mistral, un acto que no solo representa la recuperación de una escultura perdida por el vandalismo, sino también el inicio de una colaboración fructífera entre las municipalidades de San Felipe y Vicuña. La obra fue donada como parte de un convenio de cooperación que busca fortalecer lazos culturales y turísticos entre ambas comunas.
La escultura original, que durante años permaneció desaparecida tras un acto de vandalismo, vuelve a su histórica ubicación en el bandejón de Avenida Yungay. El alcalde (s), Hernán Herrera, destacó la importancia de este momento, refiriéndose a cómo la falta del busto fue mencionada en la película “Historia y Geografía” del cineasta local Bernardo Quesney, llamando a este hito “la Gabriela Decapitada”. Este hecho impulsó las gestiones para su recuperación.
“Gabriela Mistral vuelve a ocupar su lugar como el símbolo de lucha y grandeza que siempre representó, no solo para Chile, sino para el mundo”, comentó Herrera, enfatizando la relevancia de devolverle a la comunidad este importante ícono.
Por su parte, Rafael Vera, alcalde de Vicuña, subrayó el impacto global de Gabriela Mistral y la importancia de que su figura esté presente en diversas localidades del país. «Gabriela Mistral es, sin duda, una de las mujeres más trascendentales de nuestra historia, y verla nuevamente en San Felipe es un recordatorio de su legado”, destacó.
El convenio entre las dos municipalidades abre las puertas a nuevas oportunidades de desarrollo turístico para San Felipe, según mencionó Vera, quien preside la Asociación de Municipios Turísticos de Chile. “Con el patrimonio cultural y turístico de San Felipe, este acuerdo ofrece una gran oportunidad para transformar la ciudad en un destino turístico destacado en los próximos años”, aseguró.
Con la reinstalación de la escultura, San Felipe recupera un espacio simbólico, mientras mira hacia el futuro con renovadas expectativas en el ámbito cultural y turístico.