El padre Gonzalo Bravo Álvarez, será ordenado obispo de la Diócesis de San Felipe, en la Iglesia Catedral, el sábado 15 de Agosto a las 11.00 hrs, celebración presidida por el nuncio apostólico, Mons. Alberto Ortega Martín.
El Padre Gonzalo, sacerdote del clero de Valparaíso, fue nombrado por el Papa Francisco como Obispo de la diócesis de San Felipe de Aconcagua el pasado 26 de mayo del presente año.
Considerando el contexto de pandemia que por el Covid-19 que se vive en nuestro país, se celebrará cumpliendo todas las normas de protocolo y resguardo que a la fecha rijan en Chile.
Invitamos a todos a orar por el servicio pastoral del Padre Gonzalo, nuevo pastor de la Iglesia de Aconcagua.
DENUNCIAS
En un comunicado de la Red Laical de Valparaíso, criticaron el nombramiento, acusando a Bravo de encubrir abusos sexuales al interior de la Iglesia.
Según señalan, “quienes somos Pueblo de Dios de Valparaíso y siguiendo el espíritu del Concilio (sínodo de Cartago (año 254)… podemos, sin embargo, ofrecer juicio y testimonio público que permita un sufragio y examen frente al nombramiento Vaticano de obispo al pbro. Gonzalo Bravo Álvarez”.
Esto cuestionando la falta de participación de fieles en la elección de obispos, sobre todo, consignan, en medio de la crisis que vive la Iglesia por las denuncias de encubrimiento y abusos sexuales.
En el texto agregan que Bravo fue encubridor y estrecho colaborador del denunciado por casos de acoso sexual, obispo Gonzalo Duarte, mientras este último estaba a cargo de la Diócesis local. También estaba a cargo de las finanzas.
Incluso señala que la víctima de abusos al interior de la Iglesia, Mauricio Pulgar, cuando quiso denunciar, Gonzalo Bravo, en ese entonces secretario de Duarte, lo impidió.
También mencionan que habría encubierto los abusos de Jaime da Fonseca, presbítero de la Diócesis de Valparaíso que fue expulsado del clero en 2019. En este caso denuncian que Bravo obstaculizó la presentación de denuncias, “ayudado al aumento de víctimas, a la gravedad de los daños causados contra las personas y a la dilatación de la impunidad y la injusticia”, señala el comunicado.
Pero estas no son las únicas acusaciones en contra del nuevo obispo de la Diócesis de San Felipe, ya que indican que tiene una estrecha relación con empresarios porteños, especialmente inmobiliarios, promoviendo sus “sus políticas depredadoras que han dañado sistemáticamente la calidad de vida de la ciudad de Valparaíso”.
Los integrantes de la red laical enfatizan en que de haber sido conocidas o consideradas estas denuncias por el Papa Francisco, Gonzalo Bravo no habría sido nombrado como obispo.