La compra y venta de licencias médicas falsas se ha transformado en un problema grave y creciente en Chile, generando preocupación tanto en el sistema de salud como entre las autoridades. Este delito tiende a intensificarse en ciertos periodos del año, como el verano, cuando se observa un aumento significativo en las solicitudes, muchas veces asociadas a vacaciones o cambios laborales.
Durante los primeros meses de 2023, se registró un alarmante incremento en la emisión de licencias médicas fraudulentas, particularmente por médicos no registrados, con un promedio de duración de 14 días. Entre las especialidades más afectadas por este tipo de irregularidades, psiquiatría se posicionó como la principal durante el periodo señalado, alcanzando cifras que aumentaron progresivamente mes a mes. Otras áreas involucradas incluyen patologías osteomusculares y enfermedades respiratorias.
Una práctica normalizada
La emisión y uso de licencias médicas falsas no solo constituye un delito, sino que también refleja un problema cultural. En muchos casos, estas prácticas se justifican como una «estrategia de supervivencia», ya sea para prolongar vacaciones, buscar otro empleo o generar ingresos adicionales. Sin embargo, esta conducta tiene consecuencias legales, sociales y éticas significativas, afectando tanto a las instituciones como a las personas que realmente necesitan este beneficio por razones de salud legítimas.
Este problema no se limita a los emisores irregulares, sino que involucra también a los usuarios de estas licencias fraudulentas. La percepción de que el sistema es flexible o susceptible de ser vulnerado contribuye a la normalización de estas conductas, que además afectan la sostenibilidad y credibilidad del sistema de salud en su conjunto.
Consecuencias legales y sociales
El impacto de estas prácticas va más allá del perjuicio económico que generan. Casos recientes han llevado a penas de cárcel tanto para quienes emiten como para quienes adquieren estas licencias falsas, en un intento de establecer precedentes judiciales que desincentiven este tipo de delitos.
Es esencial reforzar las medidas de fiscalización y sanción para combatir esta problemática, que no solo afecta a los empleadores y al sistema de salud, sino también a los pacientes legítimos que requieren una licencia médica. La confianza en las instituciones se ve seriamente comprometida, perjudicando a la población general y fomentando la desconfianza hacia quienes hacen un uso correcto de este beneficio.
Un llamado a la responsabilidad
La compra y venta de licencias médicas falsas es una conducta que socava la eficiencia del sistema de salud y erosiona la confianza en las instituciones. Combatir este problema requiere no solo sanciones más estrictas, sino también un cambio cultural que valore la ética y el respeto hacia los derechos y responsabilidades en el ámbito laboral y médico. La sostenibilidad del sistema de salud depende, en gran medida, de la capacidad de abordar estas prácticas con firmeza y compromiso colectivo.