«Cómo una estafa chilena con frambuesas esquivó controles desde China a Canadá», se llama el reportaje que publicó la agencia brtánica Reuters, en el que se denuncia el funcionamiento fraudulento de la empresa comercilizadora de frutas chilenas ‘Frutti di Bosco’, que vendía frambuesas chinas de baja calidad, las hacía pasar por bayas chilenas de buena calidad y las vendía en Canadá con ese sello.
«Las bayas congeladas de bajo costo, cultivadas en China, se enviaron a una planta de empaque en la zona central de Chile. Ahí, Frutti di Bosco volvió a empaquetarlas y rebautizó cientos de toneladas de fruta como productos orgánicos de primera calidad cultivados en Chile», narra la publicación.
«Las frutas fueron enviadas a consumidores en ciudades canadienses como Vancouver y Montreal, según documentos preparados por la aduana chilena como parte de su investigación. La agencia calculó que al menos 12 millones de dólares en frambuesas mal etiquetadas se enviaron a Canadá entre 2014 y 2016», añade la agencia.
El propietario de ‘Frutti di Bosco’, César Ramírez, fue condenado el año pasado en Chile por falsificar los documentos de exportación para facilitar el plan. Según el reportaje, «lograr el fraude fue relativamente simple, reveló la investigación».
En su defensa, Ramírez dijo que la empresa canadiense Alaskó fue la que «ordenó el reenvasado de las berries chinas porque ‘era más económico realizarlo en Chile para luego exportar a Canadá, de este modo utilizando TLC Chile-Canada'», indico la publicación.
«El pacto comercial Canadá-Chile, vigente desde 1997, permite a los exportadores autocertificar la procedencia de sus productos, dijeron expertos comerciales. El acuerdo permitió que las bayas mal etiquetadas ingresaran a Canadá libres de aranceles, evadiendo un impuesto del 6% aplicado a la misma fruta importada de China, según muestran los documentos de aduanas chilenas», recordó la agencia.
Las autoridades chilenas guardaron silencio
El reportaje de Reuters señala que la industria de exportación de frutas chilenas ya había sido alertada por las autoridades aduaneras a fines de 2016 por esta irregularidad. Chile abastece de frutas grandes mercados como Estados Unidos, Europa o Canadá con uvas, cerezas, arándanos y frambuesas.
«Si se corriera la voz de que la fruta de Chile no era lo que pretendía ser, o peor aún, si alguien se enfermaba, podría empañar su imagen ganada con tanto esfuerzo», detalla el reportaje.
Sin embargo, las autoridades chilenas decidieron guardar silencio ante esta estafa: «Chile no notificó a Canadá que algo andaba mal, según funcionarios canadienses. Una alerta no se materializó incluso después de que Ramírez, el propietario de ‘Frutti di Bosco’, alegara que se había coludido con el comprador de la fruta, Alasko Foods Inc, con sede en Montreal, para enviar los productos ilícitos a Canadá, según registros de la investigación chilena».
La empresa y quienes estaban detrás de la estafa en la venta de frambuesas tenían conocimiento de que la fruta calificada como «orgánica» tiene precios más elevados y se aprovecharon de la reputación chilena en cuanto a seguridad y calidad para poder falsificar los documentos de certificación.