SAN FELIPE: En un hecho que desafía el sentido común y la empatía, una joven pareja en situación de calle, Yerko y Bea, fue sancionada con una multa por parte de inspectores municipales por el simple hecho de tener sus pertenencias en la vía pública. Este incidente, que no ocurrió en un país lejano, sino en pleno San Felipe, refleja la falta de criterio y sensibilidad por parte de un funcionario municipal que, escudado en su pequeño poder, olvidó lo esencial: la humanidad.
Yerko y Bea, una pareja que sobrevive «trabajando en lo que se pueda», como lavar autos, cuidar camiones y cortar pasto, enfrentan la precariedad y la falta de oportunidades que los ha empujado a vivir en la calle. A pesar de todo, su amor es profundo, y cada día luchan juntos para salir adelante.
La rutina de esta pareja comienza al caer la noche, cuando improvisan un refugio para dormir. Al amanecer, desmontan su improvisado «rancho» y comienzan su jornada acomodando autos en la vía pública. Sin embargo, hoy, en uno de los días más fríos del año, fueron sorprendidos por una multa impuesta por inspectores municipales, quienes, lejos de ofrecerles ayuda, decidieron sancionarlos.
Esta multa, que evidentemente no podrán pagar, es una muestra de la falta de criterio y empatía de algunos funcionarios, quienes, amparados en un reglamento, actúan sin considerar la realidad de las personas más vulnerables de nuestra sociedad.
Yerko y Bea no necesitan sanciones, sino apoyo y comprensión. Este hecho debe llevar a una reflexión profunda sobre la manera en que se ejerce la autoridad y la necesidad de aplicar la ley con espíritu de justicia, criterio y, sobre todo, humanidad.
ESCUCHE ENTREVISTA