Esta noche, los voluntarios de la Primera Compañía Bomba Aconcagua de San Felipe llevaron a cabo su tradicional romería en memoria de su primer mártir, José Ciriaco Olivares Gutiérrez. La emotiva ceremonia se realizó en el lugar exacto donde el auxiliar perdió la vida en acto de servicio, depositando una ofrenda floral en su honor.
El 23 de septiembre de 1910, alrededor de las 15:00 horas, se declaró una alarma de incendio en la Fábrica Jarcias Parry, ubicada en la calle Tacna, San Felipe. En aquellos tiempos, los voluntarios se aferraban a la pértiga de la Bomba para llegar rápidamente al lugar de la emergencia. En esta ocasión, al cruzar la línea del ferrocarril en la calle Traslaviña, la máquina dio un sorpresivo salto, provocando que José Ciriaco Olivares, auxiliar de la Bomba, perdiera el equilibrio y cayera. Fue arrastrado y atropellado por las ruedas del vehículo, quedando gravemente herido.
El accidente ocurrió en la calle Merced, entre Traslaviña y Navarro, a la altura del negocio conocido como ‘La Cigüeña’. Olivares fue trasladado de urgencia al Hospital San Camilo, donde lamentablemente se confirmó su fallecimiento.
Tras este trágico suceso, José Ciriaco Olivares Gutiérrez fue reconocido como bombero del Cuerpo de Bomberos de San Felipe y se convirtió en el mártir número 18 de Bomberos de Chile, siendo el primero de San Felipe y, hasta la fecha, el único de la Bomba Aconcagua.
Cada año, los voluntarios de la Primera Compañía se congregan para rendir honores y recordar el sacrificio de su mártir, reafirmando su compromiso con el servicio a la comunidad y el legado de valor y entrega que José Ciriaco Olivares dejó para las futuras generaciones de bomberos.